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Julio 01, 2022

Piénselo bien

 Las relaciones sociales, como todo, han evolucionado tan rápidamente que nos cuesta verdadero trabajo adaptarnos a ellas, pues de la estabilidad absoluta pasamos a una temporalidad relativa y si antes todo se hacía para que durara mucho tiempo, ahora todo se hace con obsolescencia programada, es decir, para que dure tan solo un tiempo.

Piénselo bien

Pues bien, esto que pasa con las cosas materiales sucede igualmente con las relaciones humanas, algunas de las cuales duran vigentes muy poco porque el entorno en el que se dan cambia, haciendo que las mismas no respondan al hecho social que se pretende.

Un ejemplo sería el matrimonio que durante siglos duraba hasta que la muerte separaba a los cónyuges; ahora dura tan solo lo que los mismos resistan y ya nadie se escandaliza por eso.

En los puestos de trabajo está sucediendo lo mismo, pues de la estabilidad absoluta de los cargos, pasamos a la temporalidad de la necesidad y entonces lo que hoy se necesita mañana ya no y ahí es donde se genera el problema.

Nuestra legislación laboral, diseñada para el mundo de la mitad del siglo XX se niega a aceptar las nuevas formas del siglo XXI y ello termina chocándose con la realidad, todo lo cual desestimula la posibilidad de crear fuentes de empleo.

El contrato de trabajo no puede seguir siendo un matrimonio laboral porque la necesidad puede ser temporal, pero se corre el riesgo de que mis relaciones laborales se vuelvan permanentes simplemente por darse cualquiera de los fueros que la legislación y la jurisprudencia constitucional han venido creando, todos a cargo del empleador.

Esto se nota en las pequeñas empresas que son el 70% de la torta económica. Un ejemplo: Se contrata a un empleado y al día siguiente nos informa que embarazó a una mujer, así de simple y entonces adquiere un fuero que lo vuelve inamovible durante 15 meses y si no es un buen trabajador se convierte para el empleador en una carga dura de llevar.

Se dirá que se puede pedir permiso para despedir, solo que entonces debemos alegar una justa causa y además enfrentar un proceso administrativo que por aquellas cosas de la burocracia nacional puede durar fácilmente un par de años.

Autor:   PilonietAlvarez Abogados Laboralistas
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